Volver a trabajar después de la pandemia COVID-19 puede generar ansiedad Y estrés. Aunque los días en los que no hemos podido salir de casa han podido ser angustiosos, en algunos casos esto ha implicado adaptar el ritmo de trabajo a una mayor flexibilidad, desconectar de un ambiente laboral tenso o evitar ver a compañeros con quienes no tenemos buena relación y en parte, nos ha permitido descansar.
Ahora, con la vuelta a la normalidad, muchos profesionales hemos vuelto al trabajo y esto puede suponer un estrés añadido al miedo a la exposición al virus, que aún no ha desaparecido.
El ambiente laboral, la carga de actividades, la menor flexibilidad o el ritmo alto de trabajo, son factores que afectan al estrés laboral (Morales, 2019) y que si no sabemos gestionarlo bien, acaban por influir en otros ámbitos de nuestra vida como la salud o las relaciones sociales o familiares.
En ocasiones nos cuesta saber si estamos estresados hasta que ya se nos hace patente mediante síntomas como nerviosismo, dificultades para encontrar el suelo, irritabilidad, la dificultad para concentrarse y tomar decisiones o el estado de ánimo bajo.
Con la vuelta a la normalidad, debemos de estar atentos a nuestro estado emocional y valorar cómo nos encontramos “antes de que se nos desborde el vaso”. Parar y observar si estamos más nerviosos o tensos para poder poner en marcha recursos lo antes posible.
Si no sabes bien si tienes ansiedad o no, puedes probar a pasarte un breve cuestionario que te oriente. En esta página ofrecen el Cuestionario de Ansiedad de Beck (Beck & Steer, 2011) de forma on line, que puede aportar una idea de si presentamos ansiedad:

¿Qué puedo hacer si me siento ansioso ante la vuelta a la normalidad?
Pensemos que la salud física y mental debe de ser prioritario. Mantener las medidas higiénicas como el buen lavado de manos y el uso de mascarillas, puede ayudarnos a evitar el contagio y a disminuir la preocupación por el mismo. Si nos angustiamos, debemos de pensar en los hechos actuales: la disminución de casos, la efectividad de las recomendaciones, etc. Si lo hacemos bien no tenemos por qué preocuparnos más de la cuenta.
Cuídate. Para hacer frente la vuelta a la normalidad y al trabajo, necesita energía. Intenta descansar y hacer ejercicio. Come al menos una comida equilibrada al día y tentempiés saludables en otros momentos. Adapta tus rutinas a su nueva situación según sea necesario e higiene del sueño para poder descansar lo mejor posible.
Evita disminuir el estrés por medio de una mayor ingesta de alcohol o estrategias como “empezar a fumar de nuevo”, a medio plazo estas estrategias empeoran la salud y no sirven como herramientas para gestionar la ansiedad.
Usa técnicas de respiración controlada para calmarte cuando notes que la ansiedad aumenta: antes de ir al trabajo, antes de una reunión, con un compañero que te pone tenso… Respira lenta y profundamente inhalando por la nariz. Aguanta la respiración durante cinco segundos, y luego exhala por la boca. Mientras exhalas, concentra sus pensamientos en palabras y frases positivas, como “tranquilo” o “estoy manejando esto bien”. Repita este proceso varias veces.
Trata de enfrentar situaciones, no evites. Evitar hace que los “fantasmas” se hagan más grandes y la ansiedad aumente. Si tenemos que enfrentar una situación con compañeros desagradables, tendremos que valorar una estrategia diferente, pero no evitarlo.
Intenta no entrar en conversaciones tensas, imagina que tienes un paraguas que te permite mantenerte protegido de comentarios sarcásticos o críticas que te molesten. Si alguna cosa realmente te molesta y no puedes evitar “quedártelo”, puedes poner en marcha técnicas asertivas para poner límites o no entrar en mayor conflicto.
Al salir del trabajo, respira hondo, deja allí las dificultades y date un premio: un paseo, un rato para ti, un baño relajante, tomar un café, leer, ir de compras… lo que te ayude a desconectar y disfrutar. Recuerda que el trabajo sólo es una porción de la esfera de tu vida.
Referencias
Morales, D. J. Q. (2019). Percepción de profesionales en administración sobre algunas variables organizacionales como potenciales generadores de estrés laboral. Revista Nacional de Administración, 10(1), 29-45.
Beck, A. T. y Steer, R. A. (2011). Manual. BAI. Inventario de Ansiedad de Beck (Adaptación española de Sanz, J.). Madrid: Pearson Educación